31 octubre 2006

Nuevos tiempos

Para quién escribo



Andaba yo por las hojas de mi libreta regocijándome con el tacto de lo escrito y abrumada por el hueco de lo no nacido cuando el por qué y a quién me detuvieron.


Supuse que mis preguntas nacían del vacío ante una página en blanco, del hastío de la palabra, la mía; del miedo a perder lo recuperado, del sinsentido oculto en cada línea. Pero entonces brotaron de mi memoria, intactos, unos versos:




".........................
Escribo para el enamorado; para el que pasó con su angustia en los ojos; para el que le oyó, para el que al pasar no miró; para el que finalmente cayó cuando preguntó y no le oyeron.
....................................
Para ti y todo lo que en ti vive,
yo estoy escribiendo."
(V. Aleixandre)


En cambio,
yo;


Te escribo a ti, que sin buscarte me encuentras abriendo esta nueva ventana.


Escribo para ti y así cumplir la promesa de hacerlo sin miedos.


También te escribo a ti, por deberte el no haberlo dejado.


A ti, que ya sólo me recuerdas en lo regalado hace ya, demasiado tiempo.


Para ti, por cobarde o por miedo a matarte escuchándome.


Lo hago para ti, por ser la luz que me alumbras las tinieblas. Por rescatarme de mi propia indiferencia, por tejer diariamente a mi lado un lazo indestructible.


Para ti, que eres ángel, y así seguir volando juntas a través de este idioma de sentidos, transitado mucho antes de ser fundado.


Para ti, que has cerrado los ojos, para que los abras y asustes al miedo.




Escribo para el que escribe a quien lo lee y para el que lo hace para todos y para nadie.




Para la crítica y la adulación. Por ser una alimento y la otra manjar. Y para la envidia y rascar así hasta hacer sangre el sarpullido de lo temido.


Para el que no está, el que estuvo, el que sí está. Para el que venga y el que se vaya. Para todos por haber sembrado de matices este hueco.


Para ti, que no sabes de mí más que lo escrito y sin quererlo ni saberlo me has empujado a seguir.


También para ti, para el que no encontró sitio en este lugar y lo reconoció al ser robado por otro.


Y para la risa del que me lea, por ser, en cualquier versión, el mejor incentivo para seguir provocándola.


Escribo porque por tí empecé a hacerlo; tú que todo lo hacías letra para enmudecer de tormentos. Y de tí me despido para acallar de una vez tus lamentos en mi espalda.


Escribo para que aquella voluntad que se gritaron nuestros ojos y callaron nuestras conciencias, se repita ahora que nos buscamos sin encontrarnos.


Lo hago por y para vosotros,
pero
siempre,
a través de mí
en vosotros.


25 octubre 2006

21 octubre 2006

Equilibrismo del YO


Todos sufrimos la paradoja del doble ego. Todos vivimos enfrentados o efrentando a nuestra doble personalidad. Somos dos "yo".

Uno es el que los demás han decidido que seamos. Han picoteado de nosotros hasta moldear un perfil en el que muchas veces a duras penas nos reconocemos y otras con el que coincidimos en un muy bajo porcentaje.

El otro es el "real", el que creemos nuestro; pero incluso éste daría lugar a discusiones. Cuántas veces hemos renegado de nosotros mismos o cuántas otras nos ha invadido la indiferencia ante nuestra propia conciencia.

El conflicto se recrea frente a una cita dominical. Yo vs. Yo. Ambos sentados ante la misma mesa. Misma hora, mismo lugar.

Me provoca infinita curiosidad la fe ciega con la que mucha gente es capaz de afirmar e incluso dictar las apetencias del otro según día, mes u hora en el que estemos. Es tan brutal la fuerza que les ilumina que no necesitan ni bendición ni censura a sus sentencias; he aquí una razón más que suficiente para declararme atea en general y sin generalizar. Me he visto sorprendida asintiendo a golpes de cabeza asombrada por tanto entusiasmo cognitivo cuando realmente, y sin tapujos, lo propuesto apetecía una mierda.

Mucho más asombran los que ante la ausencia del otro deciden u opinan suplantando la personalidad ajena. Y, sin suda, prefiero no pronunciarme a cerca de los que alardeando del dominio absoluto del "yo fabricado", han decidido, por si acaso, pensar por el otro.

Sin piedad, me vi inmersa en este nuevo bucle. De repente, sumergida en la elaboración de listas. Pros y contras. Dos por cada "yo". Cuatro listas...Lo cual me llevó a preguntarme por qué narices listas. A falta de existencialismos, y no es necesario remarcar la ironía con la que se ríen estas letras, uno más. Un no parar. Porque una vez pensado, es razonable que se me diera por enumerar en grupos positivo-negativo. Ciertas pautas empiezan a formar parte de nuestra idiosincrasia más inconsciente. Resultados ya. Autómatas enfermos de respuestas inmediatas, a ser posible acotadas dentro de la normalidad impuesta por el mercado global...Pero ahondar en esto ahora sería abusar de la confianza de cualquiera cuyo sino juguetón le haga caer por estos lares. Quizás en otra ocasión.

El caso es que una vez acabadas, las listas, se revelaron absurdas. O no tanto absurdas como insuficientes. Las del "yo real" nacen de la objetividad subjetiva de nuestro relativo propio conocimiento. Las correspondientes al "externo" o "ajeno" insuficientes; necesitaríamos listas de pros y contras por cada una de las personas que conocemos o como mínimo por cada una de las que consideramos cercanas. Habría espacio, incluso, para aquellos que sin haber mediado una palabra con nosotros en la vida, nos han ido imaginando después de un largo proceso de observación. Qué perversión existencialista el "yo imaginado".

Listas y listas, imaginadas unas, releídas las físicas...Y NADA. Cero. Demasiada información. Y en este terreno (y lo digo con satisfacción)no hay lugar para la matemática, y proceder a su síntesis a través de medias aritméticas sería caer en el error absoluto. No importa cuántas manejes, ponderadas, estándar..; cuando digo ninguna, es ninguna. Qué placer sentir que no todo es parámetro, qué obscenidad tratar lo pensado y lo sentido como ciencia humanística. Ni todo es ciencia, ni todo está sustentado por ella. Basta ya de complejos. Y aún así caigo en la trampa. Busco una respuesta que por lo menos sacie el hambre de esta tinta que no para de supurar.

Acotemos el terreno. Esquematicemos el escenario. Dentro de "externo". Diferencio. Los que quieren o no quieren; aún cayendo de nuevo en lo subjetivo, porque quién es mi "yo real" para sacar cierto tipo de conclusiones...Pero hoy llueve, no es día para permanentes; así que recurro enajenada al secador con ánimo de alisar, por fin, este bucle convertido en infinito.

El que no conoce o el que no quiere nos transforma en malintencionados no dejando espacio o tiempo a la explicación, porque lo cierto es que ésta jamás les interesa. Al que no conoce y aún así juzga sólo le mueve el "yo ajeno" como peldaño interesado hacia otros "yo"; aún a costa de pisotear el suyo propio.

Quien conoce, quien de verdad quiere es el que generosamente adorna nuestros defectos mutándolos en rasgos, matices sin importancia, incluso graciosos; en pequeñas manías soportables. El que conoce o quiere conocer es un escultor capaz de pulir los perfiles más angulados en busca de la matriz de la mole. Es quien ejecuta el milagro de transformar piedra en VIDA.

El que QUIERE es tanto lo que ofrece, lo que aporta, que sin querer y alejado de la prepotencia de hacer a imagen suya nos eleva al "YO DESEADO".

Y agotada me retiro; o mejor dicho, mis "yos" y "yo".

14 octubre 2006

Luces entre tinieblas


Todos o casi todos los días desde que vivo aquí recorro el mismo camino a la misma hora o parecida. Siempre o casi siempre la misma rutina. El mismo bordillo para la espera diaria y pies a pares desfilando para entretener mis ojos. Pies cansados y cansinos absortos en sus propias rutinas de vuelta a o salida hacia.

Puntualidad inglesa. 3 escalones. Céntimos justos. 4ª fila tras 2ª puerta, pasillo a la derecha, asiento ventana. Y la misma gente todos o casi todos los días; año tras año...lo cual no implica cortesía. Y es curioso porque conozco más de alguno de ellos ( y seguramente a la inversa) que de muchos familiares de cita anual. De algunos, el nombre de sus hijos y lo que estudian, de otros lo guapos que son sus nietos. De los que se sentaban siempre delante compartiendo besos y regalices, que ya no lo harán más. Él le lleva la carpeta a otra y ella hace meses que prefiere otro horario.

A falta de nombres, combinaciones de letras y números. 1A hoy tuvo un mal día, 1C está pensando en él, 5D ha empezado el cole y ha dejado de compartir para siempre el 5C...Me he sorprendido incluso sintiendo alivio al ver a 7B después de semanas sin noticias; me recuerda tanto a mi abuelo...me tenía preocupada. Pobre; mi sonrisa le ha descolocado. Y podría seguir así con todos o casi todos.

Con cascos o sin ellos, por muy enfrascada que esté en la historia que siempre llevo guardada en el bolso, antes o después siempre ocurre algo mágico. Un silencio atronador, la bobera de los quinceañeros de última fila, el crío que llora porque no es capaz de convencer a sus ojos para que se mantengan alerta sólo un poquito más, cinco politonos hortera a canon...Es entonces cuando me vuelvo silencio, me aparto y los espío a través de sus reflejos en mi diminuto rincón de cristal convencida de que para ellos soy invisible. Qué magnitud adquiere el viaje cuando uno se da cuenta pocas veces al año de que no somos uno más ocupando un asiento de camino a casa. Qué aventura cuando somos conscientes de que nos rodean 8o y tantas historias diferentes, 80 y tantas miradas, 80 y tantas preocupaciones, 80 y tantos miembros de otras 80 y tantas familias más...

A veces, con demasiada regularidad, me lamento de lo parecidos o iguales que son los días al anterior y al siguiente; y sin excepción me cambia el humor a peor cada vez que llega la hora de subirme a la misma lata de sardinas de todos los días. Siempre olvido que cruz tras cruz en el calendario ocurre un milagro porque SIEMPRE dentro de una rutina tan grande, tan evidente, tan redundante existe un hueco para la sorpresa, para la vida. Para un pensamiento hecho público que consigue emocionarme y otras irritarme. Para una sonrisa compartida entre extraños, para una lágrima a escondidas, para ese primer "pa-pá" inesperado...

Y ese hueco reconcilia mis días y les recuerda que ninguno es igual al anterior y mucho menos al siguiente; que siempre hay una diferencia o varias, a veces sólo un matiz, pequeño, ínfimo. Que lo especial se esconde entre lo cotidiano; el truco está en BUSCARLO y una vez hallado SABER VALORARLO.

04 octubre 2006

Perdonadme, hoy necesito vomitar.

Pasaban los días y mis dedos no eran capaces de articular PALABRAS, de materializar mi tormenta interna. Hoy tiemblan todavía mientras los someto a la dictadura de la memoria; a la de ser justos con su cacique motril. Porque no merecen mis miedos el silencio eterno y sin embargo sólo encuentro esta manera cobarde de expulsarlos de mis entrañas. Y ni siquiera de exiliarlos se trata porque la realidad es que siento que incluso así su efecto es más letal; si cabe.

Me amparo en estas páginas intangibles y anónimamente entrecomilladas para escupir este aliento amargo, que sofoca, nauseabundo. Y sólo su sombra parece mantenerme despierta en este camino que piso y del que no veo más que abismo.

Añoro el futuro porque lo he soñado empapelado de abrazos y sonrisas, porque sólo por su diseño (que es mío y no de otros) merece la pena. Lo añoro porque es lo único que me aporta la esperanza de creer en algo. De todo dudo hoy y de demasiado se arrepiente mi pasado. Y aún así los que importan, CREEN en mí; y el no entenderlo quema, el POR QUÉ abrasa y el no creerlo MATA silenciosamente ( y en silencio).

Sola. Menuda ironía. No lo estoy. Lo sé, y aún así es como me siento. La soledad no es una sola; es una plaga fecundada por un virus capaz de mutar en mil disfraces. La que a mi me invade reuslta que se viste de "incomprendida".

Harta estoy de discursos "pseudofeministas" a cerca de la capacidad y la originalidad de la independencia (mal entendida). Yo no hablo de dependencias, hablo de necesidades (vital o emocional, llámale como quieras). Discursos entonados ante el atril de la verdad absoluta; tú que jamás has pisado las arenas movedizas que sostienen mi existencia. Ven, si tienes valor, a decirle a mis lágrimas que son un capricho autocompasivo; ven y diles que es absurdo sentir pánico de no ser huella en nadie y sin embargo ser mapa de ellas.

Cansada de ser un "drama". Sólo pongo voz a los que también son tus miedos; lo único que hago es admitirlos y no esconderlos tras falsas autosuficiencias. Y no te equivoques, tampoco es utopía trasnochada retroalimentada de ideas ya olvidadas. No. Sabes que "SÓLO" anhelo lo mismo que tú y que todos; la diferencia está en que el único miedo que desconozco es el de admitir que lo tengo.

El miedo paraliza. Rasga y quema. Tanto que es capaz de pulir los pilares más robustos de uno mismo, incluida la sonrisa.

Lo digo bien alto porque no me avergüenza gritarlo y menos me preocupa desclogarme del movimiento "cool" autosuficiente de la corriente mayoritaria: ME SIENTO SOLA Y TENGO MIEDO A LA SOLEDAD de no compartir, de no discutir, de no besar, del sexo por el sexo para siempre, de no arropar, de no ser abrazada, de llorar siempre a solas, de hablarle a mi sombra cada vez que algo me emociona...

Qué ironía. Porque más allá de mí, no mucho más, sólo veo soledad en lo que me rodea; incluso en vosotros los abanderados. Día tras día, persona tras persona MIEDO Y SOLEDAD del peor tipo, el negado y la negada.

Posiblemente tengan razón y yo no sea más que una utópica...

-"...jajaja, eres una ingenua".
-"Seguramente; nunca dije que no lo fuera".
-(mirada compasiva) "Venga, que así se está genial. Que si estás así es porque quieres".
-(silencio)(sonrisa)(silencio)(silencio)...."Sí, claro.......(uff interior)tienes razón".

No es compasión lo que busco, tampoco es un problema al que busque solución.

Sólo son mis lágrimas, sólo es eso.

03 octubre 2006

Street Spirit

PALABRAS que se escondían en cajones

CAJÓN 1

Veneno inocuo,
mi verdad.
Dosis letal
tu no palabra.
Horas
24
Minutos
Sobran


CAJÓN 2

Dime qué sentido tiene echarte de menos si en realidad me has sobrado más de lo que me has faltado. Me han sobrado tus ojos en mi espalda cada vez que las ganas se te atragantaban en la garganta. Me han sobrado tus alardeos públicos encarcelados en la sombra etílica de mi ausencia.Me han sobrado tus máscaras. Me has sobrado tu y aún así me has faltado siempre tú.


CAJÓN 3 (Nacido antes de "y si no hay...")

Mátame
si no me quieres
Mátame
si me has querido
Mátame
para que vuelva
a querer querer.
porque desde que
vives fuera de mí
mi vida se ha vuelto piedra
y mis calles soledad
y mi piel plástico
y el placer un trueque nocturno
de dos cuerpos
traficando con sus ausencias.
Mátame.


IRÉ ABRIENDO MÁS CAJONES
Tara Jane Oneil-A room for these
Ben Harper-Waiting on an angel

02 octubre 2006

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A todos los "Salvador".

A tí, abuelo, que ya no estás.