28 febrero 2007

Huesos



Soledad no quiero más allá
de la obligatoriedad de mi propio reflejo
enfrentada a la sinrazón de por no saber no querer
amparada por la tregua del miedo escondido.
Afán de encuentro
voluntad suicida.
...mil manos ofreciéndose al abismo
mil manos evitándose en la sombra
mil manos se lamen las heridas...
Utopía de mi propio sueño
etéreo el encuentro, la pesadilla descubre mis ojos
no es mal sueño, no es mal sueño
tampoco ficción.
Afán de voluntad
desencuentro mortal.
...mil manos ofreciéndose al abismo
mil manos evitándose en la sombra
mil manos quemándose las arrugas...
Posibilidad de caer
relativa resistencia a la inercia de la esencia
se abre en llagas el apoyo
siento resbalar los huesos.
Por dentro, resbalan por dentro los huesos.
Afán por encontrar
voluntad de no parar.
...mil manos ofreciéndose al abismo
mil manos evitándose en la sombra
mil manos arrancándome la piel...

20 febrero 2007

¿Quién habita mi silencio?





"....hey now now, we're goin' down down,and we ride the bus there and pay the bus fare,or we find a new reason, a new way of living,and we breathe it in and try to dream again..."




El silencio ha ocupado siempre una parte fundamental de mi rutina;por buscado, por necesario, por volumen de ocupación, por ser parte de mi lenguaje. Prefiero una mirada o un silencio a una palabra mal pronunciada, una palabra que corra el riesgo de ser malinterpretada por no haber sido madurada lo suficiente. También existió el silencio por vergüenza...Otras muchas por miedo...

Ahora ya sólo existen los primeros, sólo aquellos que conforman parte de mis rasgos. Esta vez no será diferente. No más palabras.

Una imagen...

Decenas de sonidos y pausas...

Bastan....

quién?

El sonido...

Gritan de nuevo...

05 febrero 2007

Otro fin. Un nuevo comienzo...




Duele apagar una ilusión que costó tanto dejar crecer...pero sólo hoy dejaré de ver más allá...

03 febrero 2007

Degradación de colores de una ilusión



Es un proceso curioso. Como cuando estrenas unos zapatos, los que sabes que van a ser tus zapatos favoritos. Los compras y los primeros días los cuidas con mimo, te da hasta pudor enseñarlos. Los pruebas y repruebas en casa y tienes un miedo espantoso de sacarlos a la calle. Estos no están hechos para el asfalto, piensas. Pasan los días y finalmente lo pisan. Y te sientes orgullosa de tus pies, de cómo avanzan, de su soltura, una soltura que contagia al resto de tu cuerpo. Y sonríes, porque te gusta cómo caminan tus zapatos nuevos, porque la vida ese día tiene un sabor diferente. Están resplandecientes. Hoy, ese detalle es capaz de hacerte sonreir sin motivo aparente. Un buen día llega el primer pisotón, un tropiezo o tu primer despiste...la primera mancha. Un disgusto. No parecen los mismos. Los miras mejor y percibes que quizás esa mancha no sea tan fea, que incluso les da un toque de personalidad. Y esa misma justificación para el resto de manchas que preceden a esa primera. Así hasta ese día de resaca en el que te das cuenta de la urgencia de su ingreso en lavadora. Ya no son los mismos. Han perdido su chispa, tienen marcas, rastros, cicatrices...se han apagado. Antes eran blancos, hoy son grises, y aunque les tienes cariño...sabes que tarde o temprano tendrás que deshacerte de ellos. Ya no sólo por las manchas, sino por ese roto gigantesco que amenaza con seguir creciendo.

01 febrero 2007

¿Vida?




"De eso, precisamente es de lo que trata la vida; de poner y de quitar" (Telefon Tel Aviv)


No es más que un proceso de ajustes, desajustes y reajustes. Sintonizar realidades, cribar sensibilidades y orientarse a través de los sueños. Básicamente, apostar; y casi nunca a caballo ganador...