Castilla, Machado y sus amplias avenidas reactivan mis sentidos. Nuevos olores, acentos olvidados y costumbres desconocidas. Extranjera sin serlo, delatada en el inocente instante de pronunciar CAFÉ. Galleguiña...(nótese la sorna castellana en la entonación).
Disfruto de la soledad que me brindan las circunstancias. Y me adentro en las calles dominicales aún no amanecidas, casi vacías. Mi sombra vigila, al tiempo que miradas lugareñas me recuerdan que mujer sola que camina sola, escribe sola, observa sola (al menos todavía aquí), es sinónimo de excentricidad gratuita.
Qúe cercanos geográficamente y qué distantes en las maneras. Homogeneidad desde los cero a los veinte, similitudes en los siguientes escalafones e inflexión total en la cumbre, tesoreros de la identidad real de los pueblos. Edades avanzadas pinceladas hasta la sombra de sus vanidades; escaparate multicolor indiferetne al inexorable paso del tiempo. Qué dispar a nuestros mayores de cine clásico; y no por discretos, sino por tradición censurada. El pasado, sin duda, atestigüa el presente de nuestros comportamientos.
Y van los mayores bailando "La Rueda" con sus manos entrelazadas a lo largo de las avenidas. No esconden su todavía amor, o simplemente algunos adornan sus crisis con la templanza de un abrazo descarado, deshinbido frente al TIEMPO, valiente ante la arruga del otoño carnal. Qué distinto a lo nuestro; no mejor, sólo distinto. No recuerdo a mis abuelos paseando de la mano; sólo algún beso robado a escondidas, y caricias sólo dedicadas delante de mis ojos, de aquella inocentes, ignorantes de la belleza que presenciaban. A lo público le llaman chochera senil, qué injusta es la envidia, qué cruel.Aquí, en cambio, lo proclaman, lo pavonean; estoy segura de que como siempre lo han hecho.
Colores teja en las fachadas, ladrillo, los dorados a quien Machado dedicó tantas PALABRAS. Ciudad teatro y de teatros, de nobles y ennoblados, de ideas centradas o aún descentradas. Aquí se casaron Los Católicos, murió Colón y nació Felipe II; y eso, aquí, no cae en saco roto.
Hasta el acento es ancho en Castilla, burlón y pícaro, por veces destila chulería. Castellano "perfecto", sin demasiadas concesiones a las variedades dialécticas, mesetados incluso en sus expresiones. Recuerdan a comentario de texto de bachiller; donde el Norte era obligado a modificar sus tiempos verbales y al Sur no se le concedía el arte de lo entrecortado. Aquí, con pluscuamperfectos; y las letras, sobrepronunciadas.
Si ahora dicen que España es la plural; Castilla o no lo es, o aún suena a Nodo. No existen los dobles sentimientos; aquí ni se duda ni se pluraliza el sentimiento. Aún lo dicen, aún se escucha..."Los Católicos" se casaron aquí, España se fundó aquí.
Huele a trigo y pan de hogaza, a garrapiñada y lechazo...a café de plaza mayor...
He visto un pueblo más, he crecido un pueblo más, ya pertenezco a un pueblo más.
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