28 junio 2007

No hay chicha en el blog

(título homenaje para la única persona que entiende su por qué en un día como hoy. Sí, para tí, M. Moon)







(canción dedicada a la misma persona, la única capaz de cantar SIEMPRE la misma canción, y si no es esta, otra de los mismos)






Frase sustituta del más entrañable anónimo o de los comentarios pensados pero no firmados; palabras testimonio de tus paseos a solas pero conmigo. Intuyes o conoces el por qué de cada palabra nacida aquí y entiendes y financias el por qué de este aquí. Por eso, palabras................ (parole, parole...)............



Caminos: unos empezados, otros abandonados, algunos nos han llevado por direcciones opuestas; todos convergiendo en el más importante, más allá de cualquier obstáculo.



Fácil: muchas veces ni lo ha sido ni lo es. Lo sabemos. Tú eres tú, yo soy yo y alrededor todo lo demás.



Dificultades: varias. Desalientos, abandonos...huidas, todas mías, algunas tuyas. Has soportado mis miedos, te has desesperado con ellos...pero no lo has hecho conmigo.



Quiero (del verbo querer y todo lo que ello implica): que sepas que sé que tus críticas no son censura sino apoyo, que sabes cómo soy y que saberlo no es fácil.



Siento: los momentos en que mis miedos han provocado ausencias y sobretodo no haber sabido interpretar, creo, alguna que otra llamada de socorro.



Felicidad: verte feliz me hace feliz y me gustaría recordarte que a pesar de que mi utopía me empuja a analizarlo todo; soy feliz. Sabes mejor que nadie lo poco que necesito para serlo.



Soledad: cuando hablo de ella nunca olvides de cuál hablo; no te dejes engañar.



Entiendo: por qué preguntas o por qué llamas mil veces; mucho más cuando no lo haces; sobretodo entiendo que me entiendes más allá de las cabezonerías.



Quiero las dificultades por ser quien de construir caminos fáciles e infinitos. Siento y entiendo la soledad como el fruto de la felicidad de compartirlo.

27 junio 2007

Cartas al director




Café a media mañana, como siempre y donde siempre. Periódico, el de siempre y a la velocidad de siempre. Sección de cartas al director.

Situemos la historia en mejor contexto. Hace uno o varios días, no recuerdo, este periódico, sí, el mismo de siempre, le dedicaba un artículo a un joven cuyos méritos para tal atención residían en alcanzar un 9.99 en selectividad al tiempo que destacaba de manera sobresaliente en sus estudios musicales.

Hoy, un amigo, su amigo Pablo, compañero de instituto y conservatorio, le agradecía públicamente su ayuda para poder sacar adelante los cursos, bachillerato y violín. Por encima de todo, quería a gradecer su generosidad: su AMISTAD. Y académicamente cerraba la carta otorgándole un 10 en humanidad.

Llevo todo el día sin poder quitarme esta historia de la cabeza. El chico del 9.99 y su cara al abrir el periódico y verse reconocido en la historia relatada y confirmar su protagonismo en la firma de la misma. Y Pablo, esperando impaciente la llamada de su amigo o desesperado por la espera enviar un sms rezando: "periódico tal, cartas al director". Este tipo de actos tienen el único fin de llegar a destino, un homenaje a espaldas del homenajeado podría rayar la vanidad.

Lo que seguro Pablo no se imagina, es que a 600 km. de su quiosco, mientras seguramente entre cliente y cliente releía su carta lamentando no haber escrito esto o lo otro, le regaló una sonrisa (y un manojo de lágrimas contenidas) a alguien que empezaba a darla por perdida un día más.

Historias anónimas, cotidianas...; son las que muchos días tienen la capacidad de reconciliarnos con el mundo, con la vida, parapetada tantas veces en rutinas cegadoras de los detalles diarios y cercanos. Los detalles, las historias...son como las sonrisas; a veces aparecen, con otras nos tropezamos por el camino, las hay que nacen de las casualidades; muchas naturales, otras muchas forzadas...esas son las "fáciles", las que nos buscan o nos encuentran. Tan fácil como esperarlas ofuscados en la soledad de nuestros escondites cuando no llegan...éstas, las que no llegan, hay que salir a buscarlas, sin miedo, y atraparlas. Sobretodo aprender a disfrutarlas.

25 junio 2007

I+I=II




Qué tipo de alucinógeno corrompe mi cuerpo, cuál el que distorsiona mis interpretaciones, dónde el que me separa de lo tangible. Que me lo succione aquel que lo reconozca, que me extirpen este creer cegador, que me amputen esta iluminación obstinada.

Una vivencia, dos interpretaciones. Una la vivida, que a su vez desarrollará otras dos interpretaciones por compartida; y otra la que resulta de ser escuchada la primera. Cuatro en total. Las propias caballos de batalla del día a día y las ajenas, por ignoradas, abono y savia de las primeras con posibilidad de conformar un silogismo de idas y venidas entre p y q (entre las propias y las otras).

Complicado discernir entre cuál de ellas se esconde la verdad. No sería necesario el consejo si uno confiara en lo sentido o si los miedos ajenos no acabaran por distorsionarlo. La búsqueda del consejo nace de las inseguridad y el consejo lo hace desde la generosidad a través de la empatía pero evoluciona y acaba en la sobreprotección radical: todo lo inexplicable no conviene, hace daño, desechado.

Siguiente paso: empatizar con el consejo. Complicada tarea, si no bastase con analizar el origen se le suma hacerlo con lo obtenido de una traducción ajena del primero. Vivencia- interiorización- conflicto- verbalización- análisis externo- vivencia II- interiorización II- comparación con vivencia I----------------¿estamos hablando de lo mío?¿de lo mismo?¿acaso de lo tuyo?: CONFLICTO II.

Y como solución, primaria elemental: I+I=II. Dos versiones para una sola realidad despojada ya de cualquier signo de credibilidad. Toma fuerza la segunda por no ser propia, por ser más fácil asirse a terceras opiniones, y la I se aleja en tiempo y distancia hasta ese peligroso límite en el que es difícil discernir entre lo vivido y lo soñado, lo escuchado y lo adornado, lo dicho y lo imaginado. El tiempo todo lo corrompe, mucho más que la distancia. Entonces se aplica la II, generalmente como manual de uso o actitud protocolaria; evitando así actitudes consideradas suicidas por los demás evitando daños colaterales. Y la I crece en silencio, al cobijo de una ilusión fecundada por la sombra del anonimato.

Entramos en la fase dual. Siempre negada, se vive, se hace y se defiende I; mientras II es proyectada socialmente borrando de un plumazo todo aquello que ante los ojos de los demás no es más que un resquicio de la inocencia propia de otros tiempos. Resultado: CAOS: I versus II: I esfumándose mientras II toma forma ante la ausencia de sonidos que ratifiquen a I. No es fácil desprenderse de I; mucho menos agarrarse a II cuando no se cree ni en su forma ni en su fondo, apenas en su apariencia. Imposible discernir entre lo que se cree y lo que se quiere creer en ausencia de un hecho incontestable.

Sería todo tan fácil como redefinir que sí es sí y no, no. Nuevas barreras emocionales que intentando evitar dolor generan más de lo necesario, barreras que cercan el territorio, si cabe, un poco más. Refugiamos nuestra cobardía en los pilares de si digo lo que siento hago daño y si digo lo que quiero, alejo. Y a veces se necesita el "egoísmo" de decir para evitar dañar.

Luego está quien haciendo una lectura equivocada confunde sinceridad con el todo vale, el egoísmo en su más pura esencia; no es el caso.

No es fácil, posiblemente esconda cobardía o simplemente inocencia, pero opto por vivir respirando lo vivido aún a riesgo de que sus pequeñas dosis mortifiquen la ilusión.

Puede que sea cierto que cada uno tiene lo que se merece, lo que nunca dicen es que para tenerlo antes hay que saber qué nos merecemos. Mientras lo descubrimos nos afanamos en actuar conforme a lo que no nos merecemos.






Me ha dicho:

"Condenado al hasta aquí
imploro perdón al silencio,
censuro la dictadura del no saber.

Abocado al hasta aquí
porque sí pero no por mí,
el problema parece no estar allí.

Oídos aislados,
corazones ajenos,
manos sinceras...
¿qué me sostiene?"

....y yo no sé qué decirle.




Calle, muera o ladre la mañana,
no hay sombra que oculte el muro,
tampoco un rostro que devolver el espejo;
ni siquiera una pista que recoger.

Juegue, languidezca o llore la tarde,
se ha roto el horizonte,
se ha callado incluso el silencio
y descompuesto las suposiciones.

Corta, infinita o inacabada la noche,
palabras no palabras,
alientos desheredados
y agonía temporizada...(que explotará.)

Calle, muera o ladre la mañana,
juegue, languidezca o llore la tarde,
corta, infinita o inacabada la noche;
no hay nada que recuerde al día definido...


.....sólo trozos de un todo desarropado.

19 junio 2007

Medo a que o recordo se converta en nostalxia




¿Lembras cando por primeira vez non fun con vós a escoitalo?
¿Lembras cando baixei dende o alto para cantala con vós?
¿Lembras como nos miraban cando me abrazastes todos á vez?
Berraches: "Somos nós, somos un clan".
É certo.
Somos e seremos.
Loita. Máis alá das caducidades, loita.
Somos e seremos.

Nostalxia I




Cuatro pies. Dos jubilados, dos titubeantes. Los primeros equilibrio de los últimos. Un largo y oscuro pasillo; aún recuerdo aquel olor a cintasol. Derecho sobre derecho e izquierdo sobre izquierdo....simpre bailando los dos.

Un waltz, este waltz...inunda hoy mis ojos igual que hace ya mucho tiempo nuestras risas lo hacían con aquella casa. Un, dos, tres; un, dos, tres...Y mis manos aferradas a las tuyas, siempre; bailando, caminando, hablando...porque entre ellas no existía el miedo.

"Pequena de ollos transparentes"-me decías-"algún día serán outros os pés que te refuxien".

Hoy me faltan todos. Los tuyos, que se han ido para siempre, los que querrías haber visto caminando a mi lado y los míos; faltan incluso los míos.

10 junio 2007

De todos los del cristal, cuatro.




Esta vez había un muro de cristal, trincheras de terciopelo y los entrenadores de la dignidad puntuando del 1 al 10.

Esta vez cuatro correas asfixiaban mis pasos en dirección sur.

Esta vez, confié en el viento del sur. No sopló.

Otra vez, tarde, corrí hacia ningún lugar.

Pero el viento del sur seguía sin soplar.

Otra vez, no quise ser.

Por una vez, eché de menos el surco del yugo.

Cuando la estática de lo ya dicho no permite decirlo de otra manera.




Ayer;
tú caminabas
(y)
yo conducía.

Siempre;
yo deambulo
(y)
tú manejas.

Hoy;
tú sigues
(y)
yo caigo.

Nunca;
vivo yo
(o)
paras tú.

Qizás;
tú cambies
(y/o)
no esté yo.

Hoy y ayer,
siempre o nunca.

Todavía;
tú apareces
(y)
yo permanezco.

Otra vez;
disfraz de tí
(y)
espejo de mí.

Hoy por ayer.
Quizás siempre
o nunca
existirá otra vez.

Te veré ayer.
Sobreviviré hoy.
Concédeme vivir mañana.

Déjame.
Déjalo.
Déjanos.

Ya.