28 febrero 2007

Huesos



Soledad no quiero más allá
de la obligatoriedad de mi propio reflejo
enfrentada a la sinrazón de por no saber no querer
amparada por la tregua del miedo escondido.
Afán de encuentro
voluntad suicida.
...mil manos ofreciéndose al abismo
mil manos evitándose en la sombra
mil manos se lamen las heridas...
Utopía de mi propio sueño
etéreo el encuentro, la pesadilla descubre mis ojos
no es mal sueño, no es mal sueño
tampoco ficción.
Afán de voluntad
desencuentro mortal.
...mil manos ofreciéndose al abismo
mil manos evitándose en la sombra
mil manos quemándose las arrugas...
Posibilidad de caer
relativa resistencia a la inercia de la esencia
se abre en llagas el apoyo
siento resbalar los huesos.
Por dentro, resbalan por dentro los huesos.
Afán por encontrar
voluntad de no parar.
...mil manos ofreciéndose al abismo
mil manos evitándose en la sombra
mil manos arrancándome la piel...

2 comentarios:

Vampirilla Silvestre dijo...

Dos manos ofreciéndose para sostenerte.

Osselin dijo...

Despùes de un tiempo,
uno aprende la sutil diferencia
entre sostener una mano
y encadenar un alma,
y uno aprende
que el amor no significa acostarse
y una compañìa no significa seguridad
y uno empieza a aprender...
Que los besos no son contratos
y los regalos no son promesas
y uno empieza a aceptar sus derrotas
con la cabeza alta y los ojos abiertos
y uno aprende a construir
todos sus caminos en el hoy,
porque el terreno de mañana
es demasiado inseguro para planes.....
y los futuros tienen una forma de
caerse por la mitad.
Y despùes de un tiempo
uno aprende que si es demasiado,
hasta el calorcito del sol quema.
Asì que uno planta su propio jardìn
y decora su propia alma,
en lugar de esperar a que alguien le traiga flores.
Y uno aprende que realmente puede aguantar,
que uno realmente es fuerte,
que uno realmente vale,
y uno aprende y aprende....
y con cada dìa uno aprende.

Jorge Luis Borges